Haymarket, 1886
El Primero de Mayo es la única celebración del calendario
que no tiene tintes religiosos, sino que surgió como un movimiento secular
mundial, y que no fue establecida por ningún gobierno, sino por trabajadores
pobres, lo que dice mucho de lo significativo que debió ser el Primero de Mayo
de 1890, año en que empezó todo.
Aunque
en realidad, cuando empezó todo fue en 1886. El 1 de Mayo de 1886 se celebró en Estados Unidos una
huelga que luchaba por la jornada de ocho horas. Más de cinco mil fábricas
fueron paralizadas y 340.000 obreros salieron a calles y plazas. Fue en Chicago
donde los sucesos tomaron rápidamente un tono violento, que culminó en la
masacre de la plaza Haymarket (4 de Mayo), causando la muerte de varios obreros
y un oficial de policía. Como resultado, algunos obreros y sindicalistas, fundamentalmente anarquistas, fueron
condenados a cadena perpetua o a trabajos forzosos, siendo ahorcados cinco de
ellos, tras un juicio muy
mediatizado por la prensa que careció de las mínimas garantías legales y
procesales.
El
origen del Primero de Mayo en Europa no fue premeditado, sino que surgió casi espontáneamente.
Tres años después de lo ocurrido en Estados Unidos, se decidió mediante una
asamblea, realizada en París, que debía celebrarse una manifestación mundial de
obreros, con una serie de peticiones entre las que
destaca la jornada laboral de ocho horas.
La
decisión de la fecha fue un tema complicado. En Estados Unidos, la Federación
Norteamericana del Trabajo ya había decidido celebrar dicha manifestación el 1
de Mayo de 1890, por lo que los demás países tuvieron que aceptar dicha fecha.
Una vez elegido el día, surgía otra cuestión: el 1 de Mayo de 1890 era jueves,
día laborable por tanto, por lo que los partidos y sindicatos no sabían si
pedir a los trabajadores que se declararan en huelga. Los más prudentes
consideraron que no debía exponerse a los trabajadores a conflictos laborales
más graves sólo por acudir a lo que ellos creían que sería una pequeña
manifestación que se quedaría sólo en eso. Otra opción se basaba en celebrar la
manifestación no el primer día del mes, sino el primer domingo. Así ocurrió en
Gran Bretaña y Alemania, aunque fue en Gran Bretaña donde se celebró por
primera vez el 4 de Mayo. Aquí no arraigó como en otros lugares, como tampoco
lo hizo en Estados Unidos, donde ya existía una fiesta dedicada al trabajo y
que se celebraba el primer lunes de septiembre.
Hay
que tener en cuenta que el verdadero poder del Primero de Mayo es que
representa el poder del obrero, el poder que el asalariado tiene para decidir
sobre su trabajo. Y precisamente este poder es el que no tenían en Gran
Bretaña, ya que al manifestarse en un día no laborable no ejercían presión, no
estaban obligados a trabajar.
Otro
de los motivos por los que el Primero de Mayo tuvo tanto éxito fue el apoyo de
los gobiernos. Pero éstos no apoyaban que se parase el trabajo, sino que veían
que se estaba forjando un movimiento con gran fuerza, y querían aprovecharlo.
Por este motivo se esforzaron en alejarlo de los movimientos obreros y de
clases, pretendían aprovechar la fiesta pero orientada a sus intereses, querían
mudarla.
Tres ejemplos claros son los gobiernos de Hitler, Franco y
Pétain, que se apresuraron a dar a la fiesta un carácter oficial. Es difícil
entender que gobiernos más bien lejos que cerca del socialismo hayan dado un
buen empujón a esta tradición.
Los mártires de Chicago
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