Franceses e ingleses jugando a las cartas en "el frente" |
A pesar de que Francia e Inglaterra habían firmado acuerdos
de defensa mutua con Polonia, lo que les obligaba a defenderla militarme,
ninguno de los dos países realizó movimientos ofensivos tras declarar la guerra
a Alemania el 3 de septiembre de 1939. El recuerdo de la Gran Guerra, y de sus secuelas, aún estaba muy vivo, y Francia e Inglaterra demostraron que sólo participarían en la contienda para defenderse a sí mismos.
Francia movilizó todo su ejército, incluyendo un buen número
de tropas coloniales, para la defensa de su territorio nacional, mientras que
Inglaterra envió al continente una Fuerza Expedicionaria (BEF) que contó
inicialmente con cuatro divisiones, incrementadas luego hasta las diecisiete.
Los planes del mando conjunto franco-británico preveían un plan muy similar al
de la I Guerra Mundial, pero con la iniciativa de su parte. No esperarían el
ataque alemán en suelo francés, sino que penetrarían en Bélgica para tratar de
defenderse allí del avance germano. En el sur, en la frontera franco-alemana,
la formidable Línea Maginot sería suficiente para impedir cualquier ataque
alemán en ese sector. Levantada tras la I Guerra Mundial, gracias a los pagos
impuestos a Alemania en el Tratado de Versalles, su intención era la de blindar
la frontera para evitar nuevas agresiones.
Europa en el invierno de 1939 |
Mientras tanto, un temeroso Hitler ordenaba fortificar a toda
prisa la frontera alemana con Francia, y en el invierno de 1939-1940 se levantó
la Línea Sigfrido, un conjunto de fortificaciones y búnkeres opuestos a la
Línea Maginot. Para enmascarar los trabajos de fortificación, se informó a la
población de la zona de que se iban a realizar una serie de actividades
arqueológicas en el limes del antiguo
Imperio Romano.
Las entrañas de la poderosa Línea Maginot |
Mientras tanto, fueron pasando los meses sin ninguna acción
de guerra en el frente del oeste, por lo que la situación fue pronto conocida
como la drôle de guerre o guerra de
broma. Por su parte, los alemanes la denominaron Sitzkrieg (guerra de asiento). Los Aliados esperaban un ataque relámpago
de la Wehrmacht, como había sucedido en 1914, pero nunca se produjo. Hitler
buscaba tiempo para evitar la guerra con Inglaterra, y realizó varias
propuestas de paz aduciendo que sus aspiraciones territoriales estaban
satisfechas tras la conquista de Polonia, pero los británicos rechazaron
todas las ofertas de la Cancillería alemana.
El ejército alemán aprovechó el invierno de 1939 para sacar
conclusiones de sus operaciones en Polonia, tratando de mejorar los
planteamientos de la Blitzkrieg para sucesivas operaciones y planificando
concienzudamente la campaña del oeste. Mientras tanto, los Aliados se mostraban
desconcertados ante la ausencia de un ataque. Los soldados franceses e ingleses
comenzaron a relajarse y a descuidar sus obligaciones militares, pues no creían
que fuesen a ser atacados.
Soldados aliados divirtiéndose en una fiesta |
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