viernes, 3 de enero de 2014

Cine: La Reina Victoria

Cartel de la película

Pocas dinastías han suscitado tanta atracción para la cinematografía como las reinantes en Inglaterra. Así, películas como Braveheart, Elisabeth, Anna Bolena o El discurso del rey, además de series de gran éxito como Los Tudor, muestran de un modo u otro los avatares de los reyes y reinas del país.

El método Kensington
Pocos monarcas han marcado tanto una época como la Reina Victoria, cuyo reinado abarca buena parte del siglo XIX, bautizando este periodo como “victoriano”. La película nos cuenta la parte desconocida de la Reina Victoria: su confinamiento, “prisionera” de su madre, la Duquesa de Kent y del amante de ésta, John Conroy, cuya pretensión era la de convertirse en tutor de la joven, ejerciendo la regencia del reino; también nos narra las desavenencias entre los miembros de la familia real. Cuando el Rey Guillermo IV fallece, sólo un mes después de que Victoria alcance la mayoría de edad, ésta es coronada como Reina de Inglaterra. Las maquinaciones para casar a la joven reina son constantes y, en este sentido, Alberto de Sajonia-Coburgo, su primo, no escapó a ellas, pues su matrimonio con Victoria saciaría las ambiciones de su tío el Rey de Bélgica, Leopoldo I, que buscaba el apoyo de una potencia europea para asegurar su trono. 

Alberto y Victoria pasean por
los jardines de Palacio y su perro, Dash.
Sin embargo, lo que al principio respondía a maniobras políticas fue pronto convirtiéndose en auténtico amor entre los dos jóvenes, hasta que, finalmente, contrajeron matrimonio el 10 de febrero de 1840. Desde ese momento, la película muestra cómo el ejercicio del poder erosiona la relación entre los jóvenes esposos que, no obstante, son capaces de sobreponerse a cualquier crisis.

La película, titulada originalmente The Young Victoria, fue dirigida por Jean Marc Vallé a instancias de los productores Graham King y Martin Scorsese. Vallé era hasta entonces un joven desconocido para mundo del gran cine, pues había realizado algunos cortos y algunos trabajos como director que le habían granjeado cierto reconocimiento entre la crítica, pero nadie había apostado aún por él para realizar un gran proyecto, por lo que el rodaje de La reina Victoria supone su salto a la fama.

Guillermo IV junto a su mujer y
 Victoria. Enfrente, la duquesa de Kent.
Lo que más llama la atención de la película es su magnífica ambientación de los espacios en los que se mueven los personajes, la recreación de los interiores palaciegos y la excelente selección de los exteriores. Casi toda la película se desarrolla en ambientes de interior, por eso, en las contadas ocasiones en las que debe recurrirse al rodaje en exteriores, estos espacios adquieren un protagonismo muy marcado. En este sentido, debe ponerse en valor el acertado trabajo del Director de Fotografía.

Como no podía ser de otra manera, el rodaje se realizó íntegramente en Inglaterra. Los escenarios elegidos fueron el palacio de Blenheim, Hampton Court, el castillo de Arundel, Lancaster House, Wilton House y la catedral de Lincoln. Mientras que para los exteriores se eligió Balls Park y Ditchley Park.

Emily Blunt como la reina Victoria y
Rupert Friend como el príncipe Alberto
Otro de los aspectos destacados de la obra es su fidelísima reproducción de los vestuarios y los peinados propios de la época. Recurriendo a las crónicas de la época, a los cuadros y a la incipiente fotografía se ha sabido imitar a la perfección estos aspectos. Esto constituía un problema de primer orden y una cuestión de especial importancia, pues los personajes se mueven entre constantes bailes, banquetes y ceremonias solemnes (por ejemplo la coronación y la boda de Victoria) en los que los vestidos y el maquillaje adquieren un gran protagonismo.

Los actores elegidos para dar vida a los personajes son todos ellos de origen británico: Emily Blunt (Reina Victoria), Rupert Friend (Príncipe Alberto), Miranda Richardson (Duquesa de Kent), Mark Strong (John Conroy), Jim Broadbent (Guillermo IV) y Paul Bettany (Vizconde de Melbourne). El único actor no británico que participa en la película es Thomas Kretschmann que, curiosamente, no interpreta a ningún personaje inglés, sino al rey de Bélgica, Leopoldo I.

Victoria y Alberto
en su luna de miel
Además del reparto antes citado, la película cuenta con un invitado muy especial. Se trata de la Princesa Beatriz (hija de Sarah Ferguson y del Príncipe Alberto) que actúa brevemente en una de las secuencias, haciendo como dama de honor de Emily Blunt en la coronación de Victoria. Beatriz de York no sólo es descendiente directa de Victoria, sino que es la sexta en la sucesión de la corona británica. Con su aparición en el film, se convirtió en el primer miembro de la Casa Real inglesa en participar en el rodaje de una película.

El estreno de la película en 2009 fue acompañado de un éxito rotundo entre la crítica y el público. Los primeros, apreciaron el gran trabajo de documentación que hay tras el rodaje, y la esforzada actuación de los actores para recrear una historia que aúna amor y política de estado; mientras que el público, dejó de ver a la reina Victoria como a una soberana fría y distante que rigió los destinos de Inglaterra durante más de medio siglo, para ver en ella a una muchacha enamorada que sufre los avatares de la vida.

Escena donde Victoria sale de Kensington acompañada por
su madre, sir John Conroy y la baronesa Lehzen
La reina Victoria recibió tres nominaciones a los Óscar (Óscar al Mejor Diseño de Vestuario, a la Mejor Dirección Artística y al Mejor Maquillaje) de los que sólo obtuvo el Óscar al Mejor Diseño de Vestuario. Más suerte tuvo en otros festivales de cine, especialmente del ámbito anglosajón, como en los Premios BAFTA, donde fue galardonada con el Premio al Mejor Diseño de Vestuario y al Mejor Maquillaje y Peluquería. Esta tendencia fue confirmada en el Festival de Cine de Hamptons, donde obtuvo el reconocimiento a la Mejor Película Narrativa, y en el Sudbury Cinefest, en el que se le concedió el Premio del Público.


Por último, cabe hacer una mención destacadísima a la música que pone la banda sonora de la película y que termina por transportarnos definitivamente a la Inglaterra de mediados del siglo XIX. El compositor encargado de dirigirla fue Ilan Eshkeri, que logró conciliar composiciones de la época (con gran protagonismo Schubert y Händel) con temas más actuales como Only you, que es el tema central de la película, y está magistralmente interpretado por Sidney O’Connor.



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