Aspecto de un frente de batalla en la guerra de invierno |
Finlandia había conseguido su independencia de Rusia en 1917,
al igual que las Repúblicas Bálticas, Polonia y, nominalmente, Bielorrusia y
Ucrania. Pese a ello, y a diferencia del resto de países citados, Finlandia
nunca había sido un territorio muy vinculado a Rusia. Durante siete siglos, desde que Erik IX introdujo el cristianismo, había
permanecido ligado a la corona de Suecia, que se ocupó de repoblar buena parte
del territorio, especialmente en el sur y en la zona costera del Golfo de Finlandia. Sin
embargo, en 1808, las tropas del zar Alejandro I derrotaron a los suecos y se
anexionaron Finlandia, convertida desde entonces en Gran Ducado, un título
meramente honorífico, sin ninguna repercusión política real. Durante los cien
años de dominación rusa, Finlandia mantuvo de hecho cierta autonomía, pues lo único
que interesaba a los zares de aquel territorio era su caza. Además, los rusos tampoco
llevaron a cabo repoblaciones (como sí hicieron en las Repúblicas Bálticas), de
tal manera que nunca existió un sentimiento prorruso por parte de la población finesa.
Dirección de los ataques soviéticos |
Finlandia no estaba dispuesta a renunciar a ningún territorio
porque tenía pretensiones expansionistas. En el periodo de entreguerras había nacido
la idea de la Gran Finlandia, un territorio que aglutinaría a todas las
poblaciones con lengua ugro-finesa. Eso incluía, además de Finlandia, la
Carelia rusa, la Península de Kola, la región de Ingria (en el cauce bajo del
río Neva) y algunas zonas limítrofes de Noruega y Suecia.
El 31 de octubre, Molotov dio por zanjadas las negociaciones
con la siguiente frase: Ahora, ya, ha
llegado el turno de los militares. Tras un periodo de tensa espera, el 26
de noviembre se produjo un incidente fronterizo en la localidad de Mainila que
fue aprovechado por la URSS para exigir la retirada de las tropas finlandesas
de la frontera. El día 29, Molotov rompió las relaciones entre ambos países y
el Ejército Rojo inició la invasión del país. Ese mismo día, Helsinki fue
bombardeada por la aviación rusa.
El general Mannerheim |
El ímpetu inicial soviético se detiene y en el frente se estabilizan las líneas durante todo el mes de diciembre. Los finlandeses apenas pueden
contar con 120 aviones (frente a los 2.500 rusos) y 200 carros de combate, pero el país entero se se apresta para hacer frente a la invasión, movilizando a 400.000 hombres. Para la defensa cuenta incluso con 100.000 mujeres
de la Lotta Svärd, un cuerpo femenino auxiliar mandado por Fanni Lukkoonen. El coraje
y el ardor combativo de los fineses sorprenden a los mandos soviéticos. En Moscú,
Stalin se desespera.
Mientras tanto, la comunidad internacional también actúa, y
comienza a enviar ayuda a Finlandia en forma de armas, municiones, suministros energéticos
y contingentes de voluntarios. El principal promotor de esta iniciativa es Estados
Unidos, que teme el expansionismo soviético. También en Inglaterra y en Francia
se mantenían a la expectativa, barajando la posibilidad de enviar una fuerza de
hasta 50.000 hombres para que Stalin se desangrara en Finlandia. Paradojas del
destino, apenas dos años después, Inglaterra y Francia firmaron una alianza con
Stalin, convertido en su última oportunidad de supervivencia.
Recreación de uno de los ataques soviéticos |
Territorios perdidos por Finlandia |
Las condiciones de paz impuestas por Molotov son
absolutamente desproporcionadas y están en la causa del posterior apoyo de
Finlandia al III Reich. Finlandia pierde toda su franja fronteriza con la URSS
(lo que representa un 10% de su territorio). Las cifras de la guerra nos hablan
de la ferocidad desatada en los tres meses de contienda: Finlandia tiene 25.000
muertos y 44.000 heridos, además debe realojar a 200.000 personas de las zonas
ocupadas por los soviéticos; la URSS sufre 68.000 muertos y 158.000 heridos. Pese
a las pérdidas, los finlandeses se mostraron como unos magníficos combatientes
en el crudo invierno de 1939-1940, utilizando en su favor la ventaja que les
proporcionaban los bosques y la orografía para infligir enormes pérdidas a uno
de los ejércitos más numerosos y modernos de Europa.
El saldo de los combates |
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