martes, 17 de diciembre de 2013

II Guerra Mundial. Cap. 2: la invasión de Polonia

Tropas alemanas cruzan la frontera polaca

A las 04:45 de la madrugada del 1 de septiembre de 1939, las tropas alemanas de la Wehrmacht traspasaban las fronteras polacas e iniciaban la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, los primeros disparos de la guerra no corrieron a cargo de la infantería ni de la artillería, sino de la Kriegsmarine, ya que el acorzado Schleswig-Holstein bombardeó los buques de guerra polacos anclados en el puerto de Danzig. Paralelamente, la Luftwaffe entraba en escena atacando los aviones polacos en tierra (lo mismo sucedería en Rusia) sin darles oportunidad de entrar en combate. Al mismo tiempo, se bombardearon objetivos militares y civiles, especialmente vías férreas, carreteras, puentes y estaciones de telégrafo. Los alemanes no sólo habían desconcertado con su fulgurante ataque en toda la línea fronteriza sino que además habían sembrado el desconcierto y la descoordinación en la retaguardia enemiga.


La Wehrmacht atraviesa Polonia "a sangre y fuego"

Los planes del alto mando polaco estaban basados en la creación de una línea defensiva tras la que se parapetarían. Según sus estimaciones, podrían aguantar los asaltos alemanas al menos durante tres meses, tiempo suficiente para que Gran Bretaña y Francia se organizaran y lanzaran una ofensiva en el oeste. Las previsiones polacas estaban basadas en las enseñanzas de la Primera Guerra Mundial y no tenían en cuenta la sofisticación y modernidad del ejército alemán, pues pensaban resistir en las trincheras contra los tanques panzer y los bombarderos stuka Ju-87.

Pero no sólo había diferencias en cuanto la concepción militar de los generales enfrentados y en cuanto a la modernidad de los ejércitos, sino que también pueden extrapolarse diferencias entre el soldado alemán y el polaco. El soldado tipo de la Wehrmacht era disciplinado y confiaba en sus superiores. Era un soldado profesional bien equipado y que había participado desde 1933 en simulacros de batalla y maniobras que le habían preparado para cualquier contingencia. Por oposición, los polacos oponían un ejército escasamente profesionalizado, en muchos casos dotado de equipo obsoleto y con unos lideres desconocedores de las tácticas de la guerra moderna.

Plan de acción alemán
Por el contrario, los planes de los alemanes se basaban en la puesta en práctica de la moderna teoría bélica germánica, la Blitzkrieg o guerra relámpago. Esta teoría había sido concebida en los años de entreguerras por tácticos como Guderian o Von Mastein[1] y se basaba en la combinación de los ataques de la aviación, la infantería y los blindados. De esta manera, se conseguía romper las líneas enemigas y penetrar profundamente en territorio enemigo.

Los planes de batalla alemanes consistían en penetrar en Polonia desde dos puntos. Un primer ejército actuaría desde Pomerania y desde Prusia Oriental haciéndose con el corredor polaco y girando después hacia el sur para penetrar hasta la capital. El otro penetraría desde Silesia avanzando hacia el este. De esta manera, la acción conjunta de los dos ejércitos alemanes atraparía a los polacos en un movimiento de pinza.

La caballería polaca
La tónica general de los combates estuvo resuelta a favor de los alemanes desde el primer momento de la invasión. Mientras los polacos retrocedían a duras penas para organizar líneas defensivas, la Wehrmacht avanzaba imparable. Los polacos se limitaron a lanzar algún contraataque con escaso resultado. A tal punto llegó la desesperación de los polacos en su empeño por detener a los alemanes que llegaron a lanzar varias cargas de caballería contra las formaciones panzer.

A pesar de todo lo comentado, el episodio más célebre de la batalla por Polonia quizás haya sido el Asedio de Varsovia. Tan sólo una semana después del inicio de los combates, las primeras columnas de blindados alemanas, apoyadas por tropas de infantería, llegaban a los primeros arrabales de Varsovia. Los polacos que defendían la capital estaban dispuestos a resistir a toda costa e hicieron pagar caro a los alemanes cada uno de los asaltos que intentaron. Ante esta tesitura, las tropas germanas decidieron replegarse a posiciones fácilmente defendibles e iniciaron el asedio de la capital polaca, que contaba con más de un millón de habitantes y con cien mil combatientes. Desde entonces, Hitler ordenó a la Luftwaffe el bombardeo continuado de la ciudad, con lo que la situación de los defensores comenzó a hacerse insostenible, principalmente por la falta de víveres y la escasez de agua, ya que los bombardeos habían cortado los suministros que abastecían a la ciudad. El día 27 de septiembre la guarnición de Varsovia se rendía y los alemanes engrosaban su lista de prisioneros con otros 100.000.

En apenas tres semanas, los alemanes conquistaron Polonia y evitaban tener la situación de la Primera Guerra Mundial, la guerra en dos frentes. La Blitzkrieg no sólo había funcionado sobre el papel, sino que había convertido a Alemania en una máquina de guerra letal. Hitler, eufórico, posó su mirada sobre Francia dispuesto a extender hasta allí los dominios del III Reich.



La invasión de Polonia:


Parte 1

Parte 2

Parte 3



[1] Ambos fueron protagonistas de algunas de las campañas más famosas de la Segunda Guerra Mundial, como las de Polonia, Francia y Rusia.

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