martes, 31 de diciembre de 2013

Victoria, el alma del imperio. Capítulo 5: el final de una época.

Victoria en 1897, año en que celebró
su jubileo de diamante.

El Imperio Británico fue uno de los más extensos de la Historia y fue precisamente en tiempos de Victoria cuando aumentó considerablemente, debiendo otorgarse un papel destacado a la figura Primer Ministro Disraeli. Fue bajo su gobierno cuando se produjo la anexión de las Fiji en 1874, inaugurándose la penetración inglesa en Oceanía y al año siguiente, con la adquisición del 40% de las acciones del Canal de Suez se aseguraban los intereses británicos en el Mediterráneo.

Victoria recibe al Primer Ministro
Disraeli en Osborne House.
En 1876 Disraeli otorgó a Victoria el título de  Emperatriz de la India: 19 años atrás, la Revuelta de los cipayos provocó que la Compañía de las Indias Orientales perdiera sus funciones administrativas sobre aquellos territorios y éstos pasaran a manos de la Corona, convirtiéndose formalmente en colonia británica.

Durante el Congreso de Berlín de 1878, se mostró claramente su intención de engrandecer el Imperio Británico y por ello desarrolló una serie de políticas internacionales sumamente agresivas, nunca antes vistas en el Reino Unido. Sin embargo, las derrotas en las guerras contra afganos (1878-1879) y zulúes (1879) provocó en el país un sentimiento de malestar hacia las políticas extremistas de los conservadores, agravado por la crisis agrícola y financiera que amenazaba al reino. Así, en 1880, Gladstone llevó a los liberales de nuevo al poder.

Victoria con el marido y las hijas
 de la difunta Alicia, incluida la futura
 zarina Alexandra (arrodillada,
a la derecha), en 1879.
A pesar de sus éxitos en política internacional, Victoria recibía otro duro golpe del destino. El 14 de diciembre de 1878, en el aniversario de la muerte de Alberto, su amado esposo, moría su hija Alicia a causa de difteria. No sería ésta la última pérdida que sufriría la Reina: en 1881 fallecía su querido Disraeli y dos años después, John Brown, antiguo ayudante del príncipe Alberto que se había convertido en su criado personal, y del que dicen que Victoria se enamoró, llegando incluso a casarse con él en secreto. Por si esto fuera poco, en 1884 moría su hijo Leopoldo, víctima de la hemofilia.

Entretanto, Victoria sobrevivió a su séptimo (y último) atentado: Roderick McLean, un reputado poeta de la época, se había sentido ofendido por la Reina y disparó contra ella a su salida de Windsor. Corría el año 1882 y lo más destacado del incidente fue que unos jóvenes que presenciaron el ataque se abalanzaron contra el agresor, propiciando su detención, lo cual daba buena cuenta de que la simpatía de su pueblo hacia la Reina iba en aumento. No se puede decir lo mismo del gobierno: Victoria y un número cada vez mayor de sus súbditos desconfiaban de Gladstone y sus ministros en un momento en que el liberalismo estaba desacreditado.

Victoria, a caballo, con
John Brown en Balmoral (1863)
En 1886 lord Salisbury ocupaba el cargo de Primer Ministro al tiempo que la actitud de Victoria empezaba a cambiar y abandonaba su reclusión, realizando numerosos actos públicos. La figura de Alberto seguía estando muy presente para la Reina (que desde la muerte de su marido y durante casi 30 años ordenó que cada día se preparara la ropa sobre su cama, tal y como se hacía en vida), pero su dolor se hizo menos angustioso y evidente. Así ocurrió por ejemplo en 1887 durante la celebración del jubileo de oro que conmemoraba sus cincuenta años en el trono, o en 1897, cuando habiendo superado a su abuelo Jorge III como el monarca que más tiempo ocupó el trono británico se celebró el jubileo de diamante que conmemoraba el 60º aniversario de su coronación. En ambas ocasiones se celebró una gran fiesta en la que estuvieron presentes numerosos miembros de diversas Casas Reales europeas en la que el pueblo mostró el amor que sentía por su Reina.

Durante los últimos años de su reinado, y a pesar de algún que otro contratiempo en materia de salud, Victoria dio muestras de una increíble fortaleza y tenacidad, y no sería hasta 1900 cuando se apreciaron signos inequívocos de una decadencia física generalizada. A pesar de ello, con la muerte en 1865 de su tío el rey Leopoldo de Bélgica, Victoria se había convertido en consejera y núcleo central de una gran familia cuyos miembros estaban vinculados a las principales Casas Reales de toda Europa, con gran esfuerzo por su parte, y gracias a lo que fue apodada “la abuela de Europa”.  

Ilustración en la que aparece Victoria con
su descendencia: 9 hijos y 42 nietos.
Su primogénita, Victoria, se casó con el príncipe heredero Federico de Prusia y entre sus hijos están Guillermo II de Alemania y Sofía, reina en Grecia. Eduardo, su sucesor en el trono británico, se casó con Alejandra de Dinamarca y junto a Jorge V del Reino Unido, su hija Maud reinó en Noruega. Alicia se desposó con Luis IV de Hesse-Darmstadt y su hija Alejandra fue la última zarina de Rusia. Alfredo y María Alexandrovna de Rusia fueron padres de María, reina de Rumanía. Elena se casó con Cristian de Schleswig-Holstein y Luisa con John George Campbell. Arturo se unió  a Luisa Margarita de Prusia y Leopoldo a Elena de Waldeck-Pyrmont. Finalmente, Beatriz se casó con Enrique de Battenberg y su hija Victoria Eugenia fue reina de España.

Cortejo fúnebre, 1901.
Así las cosas, el 22 de enero de 1901, tras más de 63 años de reinado, Victoria, reina del Reino Unido y emperatriz de la India, fallecía en Osborne House, en la Isla de Whigt a los 81 años. Antes, había vivido de nuevo la pérdida de un hijo, Alfredo (1900). Sucedida en el trono por su hijo Eduardo VII (que reinó menos de diez años), con su muerte se ponía fin también a una época de cambios y avances tecnológicos (a pesar de la escasa preocupación que Victoria había mostrado por ellos) y una parte de la población británica quedaba huérfana, pues la mayoría no había conocido una época en la que ella no llevara las riendas de la Corona. Terca y apasionada, supo granjearse el respeto y el afecto de su pueblo, que la despidió en su funeral, celebrado el 2 de febrero de 1901 en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. Fue enterrada junto a Alberto, en el mausoleo de Frogmore.


Y para finalizar, aquí tenéis una timeline interactiva sobre la Historia Británica (en inglés, redirige a la página http://www.bbc.co.uk)

Historia británica: época victoriana, 1937-1901
Historia británica: época victoriana (1837-1901)


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