Santa Mónica, 1958. |
En sucesivas encuestas realizadas a la población
estadounidense acerca de la popularidad de los presidentes de la nación, se
repite siempre el mismo ranking: George Washington, Abraham Lincoln, y John Fitzgerald Kennedy. Tratándose del más cercano a la actualidad, no es de extrañar que JFK
marcara la vida de millones de estadounidenses que se preguntan cómo habría
sido su país si Lee Harvey Oswald no hubiera apretado el gatillo aquel fatídico
22 de noviembre de 1963 en Dallas.
Jackie Kennedy |
Sin embargo, el Presidente Kennedy tiene también en su haber
algunos puntos oscuros. Sin duda, la mayor sombra que ha pesado siempre su
figura han sido sus escarceos amorosos extraconyugales. No es de extrañar que
Kennedy suscitase admiración entre las mujeres: tan solo tenía 43 años cuando
accedió a la presidencia (siendo el Presidente más joven de la historia de los
Estados Unidos), y además de ser bien parecido, poseía un gran carisma.
Fueron muchas las mujeres que, especialmente después de su
asesinato, proclamaron ante la prensa haber sido amantes del Presidente. Quizás
la más conocida de todas las amantes de Kennedy haya sido Marilyn Monroe, pero
no fue la única. A lo largo de este capítulo trataremos de desmontar los mitos creados
en torno a esta cuestión y de poner en relieve aquellos hechos que realmente se
han constatado como verídicos.
A pesar de estar casado desde 1953 con Jaqueline Bouvier, con
la que tuvo dos hijos, Kennedy nunca renegó de sus relaciones
extramatrimoniales. Como confesó en cierta ocasión al entonces Primer Ministro
de Reino Unido, Harold McMillan: “me dan unos dolores de cabeza terribles si
paso tres días sin una mujer”.
Una de las amantes más controvertidas de Kennedy fue Ellen Rometsch, una joven y voluptuosa muchacha de origen alemán acerca de la cual
J.Edgar Hoover advirtió en reiteradas ocasiones al Presidente. El caso es que
Rometsch se había criado en la República Democrática Alemana, y Hoover, en su
celo anticomunista, no sólo recelaba de ella, sino que llegó a tener a la joven
estrechamente vigilada por el F.B.I., pues sospechaba que podía ser un agente
de información soviético.
Otra de las “peligrosas” aventura de Kennedy fue Judith Campbell. Esta relación, que no trascendió a la prensa, pudo haber arruinado la
reelección, pues Judith Campbell era, ni más ni menos que la amante de Sam
Giancana, uno de los capos más preeminentes de la mafia de Chicago. La relación entre
ambos comenzó gracias a la mediación de Frank Sinatra, que hizo las
presentaciones. Como puede verse, la vida de Kennedy fluctuaba entre el glamour de los grandes personajes de
Hollywood y las relaciones con el hampa. Nuevamente, las infidelidades del
Presidente, situaban a J. Hoover en una situacion controvertida.
Pero la más mediática de las amantes del Presidente fue sin
duda la actriz Marilyn Monroe. Por todos es conocida la célebre felicitación de
cumpleaños de la actriz que, obviamente no gustó nada a la Primera Dama (como
el reciente enfado de Michelle Obama por la selfie
de su marido con la Primer Ministra
danesa). Lo que desconoce el común de los mortales es que fue la propia Marilyn
quien confesaría a Jackie, que ambos habían sido amantes. Esta fue sin duda la
historia de un desencuentro entre dos mujeres que ocupaban el mismo plano mediático.
Jackie era consciente de las continuas infidelidades de su esposo, pero, hasta
la llegada de Monroe, no se había preocupado por ellas, pues ninguna era capaz
de hacerle sombra a la Primera Dama de los Estados Unidos de América.
Entre las amantes que no está demostrado que mantuvieran
encuentros con Kennedy, se pueden citar a la actriz Marlene Dietrich; y a
Pamela Turnure, que fue secretaria de Jackie. Más difícil resulta adivinar la relación
que unió a Kennedy con otras dos mujeres, pues los archivos del C.I.A. aún no
han sido desclasificados en este punto. Se trata de Mariela Novotny y de
Christine Keeler, ambas sospechosas también de espionaje. Quizás en este caso
hubiera algo cierto en el caso de las Mata
Hari y se encuentre oculto en los archivos de Langley.
El hecho de que todas estas relaciones amorosas no salieran a
la luz en la época se debe a un cúmulo de factores. En primer lugar, a la
vigilancia exhaustiva del F.B.I sobre las noticias que se filtraban a la
prensa, pero también gracias a la buena relación del clan Kennedy con los
medios; por otra parte, estaba el enorme respaldo económico de Joseph P.
Kennedy que, como se ha demostrado reiteradamente, no escatimaba en recursos
para vender la buena imagen de la familia.
Una de las escasas imágenes de Kennedy y sus amigas |
Muy, muy interesante y muy bien contado. Kennedy tenía más peligro que un Gremlin en el Aquapark y la pobre Jackie más moral que el portero del Alcoyano. Luces y sombre de la presidencia de USA
ResponderEliminarKennedy que gran personaje...
ResponderEliminarLos Kennedy eran peor que los Corleone
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