miércoles, 18 de diciembre de 2013

El atentado contra Carrero Blanco

La noticia que conmocionó al país
El atentando contra Carrero Blanco, producido el 20 de diciembre de 1973, es uno de los hechos clave en la Historia actual de España, ya que aceleró el proceso de disolución del régimen franquista. El Almirante seguía la triste estela dejada por Juan Prim, Cánovas del Castillo, José Canalejas y Eduardo Dato, que también habían sido asesinados en el desempeño de sus labores como Presidentes del Ejecutivo.

Lo cierto es que, en un primer momento, ETA no tenía ninguna intención de atentar contra la vida de Carrero Blanco. A la altura de 1973, la banda terrorista se encontraba muy desarticulada debido al celo persecutorio de la policía franquista. Además, las penas de muerte en el Proceso de Burgos habían sido conmutadas a última hora, pero el entorno de la organización terrorista comprendió que el gobierno estaba dispuesto a actuar contra ellos a cualquier precio. Fue en ese momento, en el otoño de 1972, cuando un hombre se puso en contacto con la cúpula dirigente de ETA para advertirles de que poseía una información que, a buen seguro, les interesaría. A tal fin, concretó una cita en el Hotel Mindanao de Madrid. La banda envío como representantes a Argala y a Wilson, que recogieron del anónimo personaje un sobre con una nota mecanografiada en la que se decía lo siguiente:

El Almirante Luis Carrero Blanco, vicepresidente del gobierno, acude todos los días laborables a la misa de nueve de la mañana que se celebra en la iglesia de los jesuitas, San Francisco de Borja, situada en la calle de Serrano, frente a la Embajada de Estados Unidos. Lleva muy poca protección de escolta y recorre siempre el mismo trayecto.

Los días sucesivos, Argala y Wilson comprobaron la veracidad de la información. Durante casi un mes, fueron a misa de nueve a la iglesia de San Francisco de Borja, analizando en profundidad el barrio, la calle y la iglesia. Después de sus exhaustivas pesquisas, llegaron a la conclusión de que la solución más eficaz era la de secuestrar a Carrero mientras se encontraba en la iglesia. El objetivo, un canje por los presos de la banda. Consultada la cúpula de la banda, bautizaron la acción como Operación Ogro.

La pregunta que cabe hacerse es ¿Quién proporcionó tan valiosa información a ETA y con qué fin? No cabe duda de que Carrero Blanco se había ganado muchos enemigos dentro y fuera de España. Amigo de Franco desde los tiempos de Alhucemas, siempre se caracterizó por ser uno de los defensores del inmovilismo del régimen. Estaba totalmente opuesto a la legalización de los partidos políticos, al aperturismo político y al acercamiento a Europa. Y lo que es más importante, veía con recelo las relaciones entre Estados Unidos y España, creyendo que el país se había convertido en un títere de los intereses americanos. Este último asunto preocupaba profundamente en Estados Unidos, y en especial al nuevo Secretario de Estado, Henry Kissinguer, que temía que Carrero Blanco se negara a prorrogar el tratado de las bases, que vencía en 1973.

Carrero Blanco y Henry Kissinguer
En efecto, las bases americanas en España se habían convertido en un puntal básico de la política estratégica de Estados Unidos, sobre todo en un momento en que el Mediterráneo y Próximo Oriente se presentaban como un escenario tremendamente inestable: el comunismo se encontraba en auge en Italia, Grecia y Turquía amenazaban con enfrentarse militarme por la posesión de Chipre, y en Palestina se preveía una reanudación del conflicto árabe-israelí. Además, con el golpe de estado del coronel Gadafi, Estados Unidos había perdido las bases libias, con lo que las españolas eran la única escala técnica viable entre suelo americano y el escenario mediterráneo.

Carrero Blanco jurando como
Presidente del Gobierno
El 8 de junio de 1973 Carrero Blanco era ascendido a la categoría de Presidente de Gobierno. La estación de la CIA en Madrid, situada en la Embajada de Estados Unidos de la calle Serrano (a escasa distancia del domicilio de Carrero y de la calle Claudio Coello) llevaba varios meses enviando informes a Washington acerca del perfil político y personal de Carrero. Kissinguer comenzó a comprender que el secuestro del Presidente no tendría la suficiente fuerza política. Y entonces ocurrió un hecho que acabó por enfurecer al Secretario de Estado. Egipto y Siria atacaron Israel en la festividad hebrea del Yom Kipur. Cuando la intervención americana se hizo imprescindible para ayudar a su aliado israelí, el Gobierno español denegó el uso de las bases españolas aduciendo varios motivos: que no se encontraba en juego la seguridad de Occidente, que España no mantenía relaciones diplomáticas con Israel, que era un enfrentamiento entre terceros… Lo que dijo Carrero Blanco al Consejo de Ministros era mucho más pragmático, señores, nos jugamos el petróleo. El gobierno español no quería enemistarse con los países árabes, sus principales proveedores de petróleo. La cuestión española comenzó a inquietar a Kissinguer. Consciente de que la política española seguiría firme mientras Carrero ostentase la presidencia, afirmó: es más fácil cambiar de políticos que de políticas.

La calle Claudio Coello tras la explosión
A ETA se le hizo saber, nuevamente mediante un informante anónimo, que era preferible el asesinato al secuestro. Fue entonces cuando se concretó el plan. Se alquiló un bajo en la calle Claudio Coello (situada tras la iglesia de los jesuitas) y se excavó un túnel hasta el centro de la calle para detonar una carga de explosivos al paso del coche presidencial.

La excavación del túnel comienza el día 7 de diciembre. Para no levantar sospechas, todo se realiza manualmente. Conscientes de la importancia de que la explosión no se expandiese hacia los lados, el túnel es rodeado de sacos terreros, de tal manera que la deflagración de producirá hacia la calle. Sólo quedaba el último detalle: hacer que el coche de Carrero Blanco pasara por el lugar exacto en el momento preciso. Para ello, los etarras colocan un coche aparcado en doble fila, así el coche de Carrero debe ralentizar la marcha justo en el momento en que pasa sobre el túnel.

A las 09:28 del 20 de diciembre, dos terroristas disfrazados de electricistas detonan, mediante control remoto, la carga explosiva. La deflagración abre un boquete en la calzada de ocho metros de diámetro. El coche del Presidente ha desaparecido. En un primer momento, el coche escolta creyó que el automóvil de Carrero Blanco había pasado justo antes de la detonación y había continuado su trayecto hasta la casa del Almirante en la calle Hermanos Bécquer. Tras constatar que no era así, se comenzó a buscar el coche presidencial, creyendo que se encontraba dentro del cráter. Cuando comprobaron dónde se encontraba el automóvil, fueron conscientes de la magnitud de la tragedia. El vehículo había volado una altura de 35 metros, cayendo boca abajo sobre el interior del claustro del colegio de los jesuitas. Tanto el Presidente, como su escolta y el conductor habían fallecido.

El entierro de Carrero
fue multitudinario
Aunque el atentado fue reivindicado por ETA, hubo desde el principio conjeturas que apuntaban que todo había sido demasiado bien planeado y ejecutado como para ser obra de la banda vasca. Todo por varios motivos, en primer lugar porque el atentado se produce en una de las zonas más vigiladas de la ciudad, dada la cercanía de la Embajada de Estados Unidos. También resulta llamativo que se excavase un túnel de una profundidad y dimensiones considerables cerca de la Embajada sin que ni los servicios de inteligencia españoles ni americanos lo advirtiesen; o que los etarras, disfrazados de electricistas, colocaran un tendido eléctrico en la calle sin ser importunados; o que el día del atentado no hubiera, tal y como se acostumbraba, coches oficiales de la Embajada aparcados en la calle. Además, todo coincidió con una estancia de Kissinguer en Madrid que debía prolongarse hasta el día 20, pero el Secretario de Estado norteamericano decidió, repentinamente, adelantar su regreso.

Franco, visiblemente emocionado, consuela
a la viuda de Carrero Blanco
Esta fuera de dudas que ETA actuó como el brazo ejecutor de la Operación Ogro, lo que aún queda por concretar es quién fue el autor intelectual del atentado contra Carrero Blanco y qué objetivos perseguía: ¿Era un aviso contra el sector inmovilista del “Búnker”? ¿Pretendía acelerar el proceso de Transición política? ¿Garantizar que España continuase siendo un fiel aliado de los Estados Unidos?

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